dilluns, 9 de maig del 2011

Entrevista con Catherine Watson Genna BS, IBCLC NYC

Publicat a Alba Lactancia Materna el 27/04/2011
Catherine Watson Genna es Consultora Certificada en Lactancia Materna (IBCLC) y se dedica a la práctica privada en Nueva York desde 1992. Tiene un interés especial por las influencias anatómicas, genéticas y neurológicas en las habilidades de succión infantil. Es co-investigadora en un estudio que utiliza ultrasonidos para examinar los movimientos de la lengua durante la lactancia materna en lactantes con anquiloglosia y otros problemas de succión. Sus fotografías y vídeos clínicos se han publicado en decenas de medios científicos. Tiene publicado el libro Supporting Sucking Skills in Breastfeeding Infants (Ed. Jones and Bartlett).
En febrero de 2009 impartió un curso monográfico en el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid sobre Temas de vanguardia en lactancia materna: afinando habilidades y conocimientos, que aportó una nueva visión sobre la succión de los bebés y los problemas que pueden afectarla.
Dos años más tarde regresa a España, esta vez a Barcelona, para participar en el VIII Congreso FEDALMA de asociciones y grupos pro lactancia materna, que tendrá lugar en Castelldefels los próximos días 1 y 2 de julio, donde abordarà la relación entre la integración sensorial y la succión de los bebés. También participará el próximo 29 de junio en una Jornada sobre Anquiloglosia, frenotomía y su impacto en la lactancia materna, en el Col.legi Oficial de Metges de Barcelona.

ENTREVISTA

ALBA: A usted se la conoce en España principalmente por sus estudios sobre la relación entre la anquiloglosia y los problemas con la lactancia. Su trabajo en este campo nos abrió los ojos ante una realidad con la que los grupos de apoyo a la lactancia y los profesionales sanitarios nos habíamos encontrado a menudo sin ser del todo conscientes de ello, a no ser que se tratara de una anquiloglosia muy evidente. ¿Ocurre lo mismo en otras zonas de Europa y en América? ¿Por qué resulta tan difícil encontrar profesionales sanitarios (sobre todo pediatras y cirujanos pediátricos) que sepan evaluar la funcionalidad de la lengua y estén dispuestos a reconocer que puede causar problemas a la hora de establecer la lactancia?
CWG: La anquiloglosia puede causar problemas aunque el frenillo no llegue hasta la punta de la lengua. Lo han observado profesionales de distintos países, entre ellos el doctor Mukai de Japón, la logopeda Carmen Fernando de Australia y el tándem formado por la doctora Elizabeth Coryllos y yo misma en Nueva York. A principios del siglo XIX, algunos médicos sostenían que la anquiloglosia no causaba problemas a la hora de mamar. Uno en concreto, Sir Charles Bell, escribió en 1829: “A mi parecer, la lengua realizaría la acción necesaria sobre el pezón de la madre aunque la cara inferior de la misma estuviera completamente adherida al suelo de la boca”. ¡Pero hoy en día es ridículo seguir afirmando algo así, porque disponemos de  estudios hechos a partir de ecografías que muestran cómo se mueve la lengua durante la succión! Y sin embargo he oído a más de un médico repetir lo mismo casi 200 años después. Estoy segura de que no se dan cuenta de que están repitiendo algo tan antiguo y carente de la menor base científica.
En medicina, al igual que en otros campos del saber, las novedades tardan un tiempo en aceptarse. En un primer momento, los médicos se resistieron a creer que eran los gérmenes los que causaban las enfermedades. ¡De hecho, les escandalizó que el doctor Ignaz Semmelweis señalara la suciedad de sus manos como causante de la sepsis puerperal! Estamos aprendiendo continuamente y necesitamos estudios que respalden cada nuevo hallazgo. La International Affiliation of Tongue-tie Professionals (Asociación Internacional para el Tratamiento de la Anquiloglosia), de la que soy cofundadora, se dedica precisamente a profundizar en este aspecto.
ALBA: ¿Existen estadísticas fiables sobre la incidencia de la anquiloglosia en los bebés recién nacidos? ¿Comparte usted nuestra impresión de que dicha incidencia es muy superior a la que parecen sugerir las cifras oficiales?
CWG: Los resultados de los estudios existentes arrojan unas cifras que oscilan entre el 3-5% y el 11-13% de incidencia, en función de la población estudiada. En el caso de los bebés evaluados por asesoras de lactancia, debido precisamente a dificultades relacionadas con la lactancia, los porcentajes son muy superiores.
ALBA: ¿Qué explicación podemos dar a la paradoja de que existan bebés con frenillos sublinguales evidentes que, sin embargo, no causan dolor al mamar aunque sus madres no hayan amamantado anteriormente y,  por tanto, tengan pechos poco dúctiles?
CWG: Los bebés causan dolor en el pecho cuando presionan el pezón contra el paladar, cuando lo retuercen en la boca o bien cuando lo someten a una presión excesiva para hacer el vacío y así retener el pezón en la cavidad bucal. Si el bebé no puede hacer ninguna de estas tres cosas a causa del frenillo, no hará daño a la madre, pero es posible que tampoco logre extraer suficiente leche. El acoplamiento entre la madre y el bebé también es importante: las mujeres con tejido mamario abundante y pezones dúctiles harán que al bebé le resulte más fácil mamar; por el contrario, los bebés con anquiloglosia cuyas madres tengan pezones planos o invertidos por lo general lo tendrán más complicado para mamar.
ALBA: ¿Cuál es la función biológica del frenillo? ¿Cómo se explica que una característica tan limitante, que supone un grave riesgo de malnutrición en los recién nacidos, no haya quedado eliminada por la selección natural?
CWG: El frenillo sublingual tira del suelo de la boca para ayudar a la saliva a salir de los conductos de Wharton. No sabemos por qué nacen tantos bebés con frenillos sublinguales poco flexibles, que restringen en gran medida los movimientos de la lengua. Es posible que el tratamiento de la anquiloglosia a lo largo de cientos o incluso miles de años haya permitido que los portadores del gen sobrevivan más allá de la infancia y lo transmitan a sus descendientes.
ALBA: Los especialistas de algunos campos, como por ejemplo la osteopatía, sospechan que en realidad la anquiloglosia no es más que la punta del iceberg. Al parecer, creen que muchos casos de succión disfuncional atribuida a la anquiloglosia tienen causas más profundas, de tipo anatómico y estructural. ¿Está usted de acuerdo?
CWG: Es posible, sin duda. Pero la mayor parte de los bebés a los que se les practica una frenotomía adecuada logran mamar sin problemas.
ALBA: ¿Conoce usted o ha seguido los casos de bebés con anquiloglosia tratados mediante la osteopatía, sin frenotomía? ¿Cuál es su experiencia respecto a este tipo de abordaje no invasivo?
CWG: Es cierto que la manipulación de las estructuras afectadas parece ayudar, pero sin frenotomía no es suficiente. Puede ser muy útil después de la frenotomía para ayudar al bebé a desarrollar una mayor funcionalidad de la lengua. La doctora Sharon Vallone, que es quiropráctica pediátrica, ha escrito un capítulo sobre este tema para la segunda edición del libro Supporting Sucking Skills in Breastfeeding Infants, que se publicará en breve.
ALBA: En los grupos de apoyo a la lactancia se ha observado que la anquiloglosia se asocia a menudo a las mastitis, que causan dolor a las madres lactantes y en casos extremos conducen a un destete precoz. ¿Cómo se enfoca este problema en EEUU? ¿Dónde y cómo se hace la recogida de muestras de leche materna? ¿Se realizan habitualmente análisis microbiológicos de la leche materna? ¿Conoce usted los hallazgos de Juan Manuel Rodríguez sobre este tema?
CWG: La mastitis se relaciona con un drenaje insuficiente del pecho y con lesiones en el pezón, que permiten que los gérmenes se introduzcan en el pecho. En Japón, el doctor Katsumi Mitsuno identificó un agarre superficial o ineficaz como la causa de un drenaje insuficiente del pecho, mientras que la doctora Donna Geddes de Australia ha documentado que la anquiloglosia puede producir un agarre superficial.
En EEUU, por lo general, no se realizan cultivos de leche materna a no ser que los antibióticos de elección no funcionen. Normalmente los profesionales sanitarios especialistas en lactancia (médicos e IBCLC) son los que visitan a las madres que se encuentran en esta situación. No conozco el trabajo del Dr. Rodríguez, pero me interesa mucho.
ALBA: ¿Qué impresión le merece la incidencia de la hipogalactia? ¿Hay de veras tantas mujeres que no producen suficiente leche para sus bebés como parece?
CWG: Por lo general, la hipogalactia puede prevenirse. Sólo un número reducido de mujeres sufren enfermedades que les imposibilitan producir suficiente leche. A menudo, la hipogalactia tiene su origen en determinadas prácticas rutinarias (partos medicalizados, o la separación de la madre y el bebé en el posparto inmediato, lo que impide al bebé mamar a demanda). Las grandes expertas en el manejo de la hipogalactia son Lisa Marasco y Diana West, consultoras IBCLC y autoras de la Breastfeeding Mother's Guide to Making More Milk.
ALBA: España es uno de los países de Europa en los que se practican más cesáreas, pese a que se sabe que dicha práctica puede representar un obstáculo a la hora de establecer la lactancia. ¿Qué deberíamos recomendar a las mujeres a las que se les programa una cesárea o que eligen este tipo de parto?
CWG: Debemos ayudar a las mujeres a comprender que son perfectamente capaces de parir y que las cesáreas no son la vía fácil. Como madre que dio a luz por cesárea a su primer hijo porque venía de nalgas y que tuvo a su segundo hijo por parto vaginal sin anestesia, puedo asegurar que un parto vaginal es mucho más llevadero. Mientras tanto, debemos asegurarnos de que las madres que hayan pasado por una cesárea dispongan de los analgésicos necesarios y de ayuda para amamantar a sus bebés a demanda y así producir suficiente leche.
ALBA: En Julio de 2011 volverá usted a España para participar en el VIII Congreso que organiza FEDALMA en Castelldefels, pero en esta ocasión hablará sobre un tema aparentemente muy distinto: la integración sensorial. ¿Qué la llevó a interesarse por ambos temas? ¿Tienen algo en común?
CWG: Me interesa mucho el estudio de cualquier circunstancia que pueda suponer un obstáculo para la lactancia, y en especial para la succión. La integración sensorial es el proceso que sigue el cerebro para integrar la información recabada por todos los sentidos y que guía nuestras acciones de modo que podamos satisfacer nuestras necesidades. Los bebés tienen una integración sensorial menos eficaz que la de los adultos porque su cerebro es inmaduro y desconocen el entorno extrauterino. Así que aprender el modo de favorecer ese proceso puede resultar de gran utilidad.
ALBA: Cuando un bebé está inquieto, llora mucho y tiene dificultad para mamar, ¿podemos sospechar que existe una alteración de la integración sensorial?
CWG: Según los estudios de los que disponemos, el nerviosismo exacerbado en los bebés se asocia a problemas de integración sensorial que suelen manifestarse más adelante. El llanto puede tener muchas causas. La dificultad para mamar hace que un bebé esté más alterado y poco regulado, lo que dificulta la integración sensorial. Es un círculo vicioso, y resulta útil conocer algunas técnicas que ayudan al bebé a regularse, para que los problemas a la hora de mamar se puedan abordar con más facilidad.
ALBA: ¿Como asesoras de lactancia podemos ayudar de alguna manera a los bebés con un procesamiento sensorial alterado? ¿Cómo podemos identificar esta situación?
CWG: Enseñando a las madres a reforzar las habilidades autoreguladoras de sus bebés y a protegerlos de la sobrecarga sensorial. ¡Y esto se puede aplicar a todos los bebés!


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Catherine Watson Genna BS, IBCLC NYC cwgenna.com


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